Los aceites esenciales están de moda (¡no me extraña, son una maravilla!). Tienen un olor agradable, son naturales, tienen propiedades medicinales, tienen cientos de usos distintos… pero pocas personas conocen su verdadero potencial terapéutico.
En este artículo los conoceremos mucho mejor, veremos sus propiedades medicinales y las formas de usarlos correctamente. ¿Te lo vas a perder?
PRECAUCIONES de los aceites esenciales.
Que algo sea natural no significa que sea inofensivo.
Es imprescindible tomar ciertas precauciones cuando usamos aceites esenciales, para prevenir situaciones desagradables e incluso peligrosas.
¿Son TÓXICOS los aceites esenciales?
No es mi intención crear alarma, pero debido a su fácil acceso y a la poca formación de muchos nuevos usuarios, es necesario dejar algunas cosas claras.
Como siempre se dice en salud, «el veneno está en la dosis«. Esto significa que una misma sustancia puede ser terapéutica a una dosis, pero letal si nos pasamos.
Cuando usamos aceites esenciales, estamos tratando con sustancias (principios activos) muy concentrados, que pueden provocar efectos muy potentes en nuestro cuerpo. Algunas esencias contienen principios activos que son neurotóxicos, por lo que debemos ir con mucho cuidado.
-Algunas esencias son neurotóxicas, irritantes de la piel, fotosensibilizantes y generan interacciones con medicamentos.
El riesgo de intoxicación es elevado si no tenemos unos conocimientos mínimos o no seguimos unas normas de seguridad.
Si bien existen aceites esenciales «aptos para todos los públicos» como la lavanda (Lavandula angustifolia), muchos otros como la salvia, romero, tomillo, hisopo, orégano, canela, clavo, etc. deben usarse con mucha precaución.
Por este motivo, a no ser que seamos unos grandes conocedores de los aceites esenciales, te aconsejo:
-Consultar con un profesional para que nos asesore en el tratamiento o el uso y así asegurarnos de que no tendremos ningún problema y el tratamiento será eficaz.
¿Tienen EFECTOS SECUNDARIOS?
Si hacemos un buen uso de ellos, no deberían causarnos ningún efecto secundario adverso. O viéndolo de otra manera, si un aceite esencial nos ha causado un efecto secundario adverso se debe a que hemos hecho un uso incorrecto (seguramente por falta de conocimiento) o porque el aceite es de mala calidad (está adulterado o no se nos especifica toda la información necesaria).
Como ejemplo para ilustrar este último punto, muchos «fabricantes» comercializan aceite esencial de Salvia (sin dar la información la especie). Resulta que la esencia de Salvia officinalis es muy tóxica, mientras que la de Salvia esclarea no lo es.
Si no sabemos qué tipo de salvia es, tenemos un grave problema. Lo mismo sucede con otros aceites esenciales que provienen del mismo género de plantas, pero tienen especies botánicas distintas.
¿Por qué hay que diluir los aceites esenciales?
Los aceites esenciales no se deben aplicar puros sobre la piel, ya que la mayoría nos causarían irritación o quemaduras. Debemos diluirlos para reducir su concentración.
Los aceites esenciales no se disuelven en agua.
Son liposolubles, es decir, no podremos disolver un aceite esencial en agua. La mejor manera de disolverlos es en un aceite vegetal (almendra, sésamo, onagra, oliva, etc.), cremas o alcohol.
PRECAUCIONES y CONTRAINDICACIONES.
Debemos conocer cada aceite que vayamos a usar, ya que dependiendo de su composición puede tener contraindicaciones con medicamentos (anticoagulantes, antidepresivos, etc.) o estados de salud (hipertensión, diabetes, autoinmunidad, inmunodepresión, etc.).
Aparte de cada caso en particular, podemos establecer unas precauciones y contraindicaciones generales.
▶ FOTOSENSIBLES.
Hay algunos aceites esenciales, especialmente los cítricos (aunque no son los únicos) que causan fotosensibilidad. Eso significa que si nos exponemos al sol luego de aplicárnoslo, puede causarnos quemaduras en la piel o manchas.
Debemos evitar exponernos al sol luego de aplicarnos algún aceite fotosensibilizante sobre la piel, al menos durante las 10 horas posteriores.
▶ EMBARAZO Y LACTANCIA.
La recomendación general es la de evitar los aceites esenciales durante el embarazo y la lactancia, a no ser que sea bajo prescripción médica. Pueden contener sustancias abortivas.
▶ BEBÉS.
Tampoco se recomienda el uso en bebés sin el consejo de un profesional. La mayoría de fabricantes no recomiendan el uso de aceites esenciales en menores de 5 años.